En la previa de lo que seria victoria sobre Chicago, donde "el negro" seria figura una vez mas marcando un gol de goleador y dando una asistencia tremenda desde el costado para que Prichoda marque el segundo, Andrés Chavez el jugador surgido de la cantera rojinegra (como el aclara en la nota) dialogo con el diario deportivo Olé. A continuación te dejamos la nota completa.
Fabian Rodriguez - Diego Paulich
Andrés Chávez no es ningún Junior: es el goleador de Banfield y cada vez que impactó, el Taladro ganó. La historia de un luchador.
Mientras no me peguen como a Chávez Junior, no tengo problemas en ponerme los guantes”, entre risas Andrés Chávez (21 años), aceptó la propuesta de Olé . La Maravilla de las Inferiores de Banfield volvió a pegar en las redes adversarias ante Instituto (2-1) y frenó la racha de dos caídas a la lona. “El fútbol es como el boxeo, una lucha constante. Cuando arrancás lo disfrutás mucho, pero para dedicarte dejás a tu familia, el colegio y, en mi caso, a mi novia”, describió el quinto de seis hermanos.
Los Chávez viven en Salto (a 186 km de Capital Federal), allí se inició el romance de Andrés con la pelota. “Empecé en Sport, club del que soy hincha. Después fui a los Juegos Bonaerenses, salí goleador y gané la medalla de oro en Mar del Plata. Ahí aparecieron ofertas de Boca y San Lorenzo, pero me fisuré un tobillo”. Parecía que el sueño del fútbol grande se desvanecía a los 16 años, la cuenta avanzaba hacia el knock out. La fuerza interior del Negro pudo más: “Al tiempo me salió la chance de Banfield por Pico Hernández. Llegué una semana antes del cierre del libro de pases, hice una prueba contra San Lorenzo y metí dos goles”.
Andrés encontró su lugar en el fútbol, atrás quedó su trabajo como peón de albañil. Mientras descansaba en la pensión, imaginaba un futuro próspero. Y llegó: goleador de la Cuarta y estreno en Primera: “El Gallego Méndez me hizo debutar contra San Lorenzo, en el Clausura 2011. Fue uno de los momentos más felices de mi carrera. Después Da Silva me dio otra chance contra Estudiantes y metí mi primer gol en Primera. Y lo mismo me sucedió con Acevedo, que me dio lugar. Recuerdo que hice dos contra Olimpo”. Hasta ligó un elogio de Coco Basile: “Fue muy lindo que te halague un gran técnico”. Su nivel venía en alza, en un equipo que se hundía y culminó descendiendo: “Me terminé enredando en el quilombo que nos llevó a la B Nacional. Fue muy duro para mí, son cosas que no las pensás y no querés que pasen”.
Chávez resurgió con goles, como ese boxeador que recibe una paliza, se levanta y noquea: “Me siento muy bien. Esto de hacer goles seguidos no es nada fácil y más para mí que recién juego mi segundo torneo en Primera”. Este Banfield, dirigido por Garnero, tiene mucho poder de gol porque también cuenta con otro Andrés, el Cuqui Silvera: “Es un jugador brillante. Se tira atrás, tiene la pelota, aguanta y asiste. Lo miro para aprender”. La ilusión en el Sur está en marcha: “Me gusta vivir el día a día, disfrutar. Confiamos en nosotros”. Andrés va golpe a golpe.
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